3 ideas para afrontar las quejas por los altos precios

¿Cuáles son los productos o servicios que los prospects de una marca dan por sentado? ¿Y cuáles son los que tienen mayor resistencia de precios? Es habitual que una compañía se encuentre inmersa en una competencia prácticamente constante de precios, o justificando sus precios frente a la competencia.

Cuando los consumidores pasan por delante de los productos expuestos en un mercado, un supermercado o cualquier tienda muchas veces no tienen ni idea del intenso trabajo y los costes que supone su producción. Por eso muchas veces critican que no sean más baratos. Pero es la responsabilidad del productor, y no del cliente, aclarar el valor del producto que está vendiendo.

Al vender un producto o servicio premium es más importante todavía educar al mercado sobre las diferencias. Tienen que entender el esfuerzo que requiere ese valor añadido. Pero, ¿cómo? Dejando a un lado la posibilidad de invitar a todos los clientes a los centros de producción para que juzguen por ellos mismos, hay tres ideas que pueden ayudar a comunicar este valor:


1. Demuestra la diferencia

¿Cómo se puede mostrar la diferencia entre un producto o servicio premium y una competencia de menor calidad? Se pueden mostrar comparaciones anónimas de resultados entre un servicio y otro, vídeos en los que se muestra el meticuloso proceso de fabricación en la cadena de producción o testimonios de verdaderos clientes que apostaron por esa calidad extra.



2. Transparencia en la cadena de suministro

“Seamos claros: quieres una organización que envíe a alguien a tu casa y recoja la carta, la lleve en un camión y conduzca hasta la oficina de Correos, la ponga en un saco, la lleve a otro camión, conduzca hasta el aeropuerto, la lleve al avión, vuele a través del país, la descargue a otro camión, conduzca hasta otra oficina de Correos, la saque, la ponga en un saco, conduzca hasta la calle tu amigo y ande hasta su buzón por 20 centavos. ¿Y quieres cambiarlo?”.


Así de rotundo se mostraba un amigo de Howard Jacobson, director de EIEIO, según explica en Fast Company. Y es que si los clientes no son capaces de ver todo el proceso de suministro en perspectiva serán incapaces de entender el precio que pagan por las cosas.


3. Enseña a tus clientes a hacer las cosas sin ti

Enseñar a los clientes a hacer las cosas sin ti es una de las estrategias más ambiguas de demostrar tu verdadero valor. Tarde o temprano terminan descubriendo su falta de experiencia, tiempo y necesidad de conseguir lo que haces con tu nivel de calidad y eficiencia. Y si esto no se cumple quizás debas replantear tu negocio, porque hay algo que no estás haciendo bien.

Muchas veces el problema radica en valorar si realmente necesitamos lo que pagamos, es decir, comprar un coche de lujo para ir al la compra o un utilitario  básico para hacer un montón de kilómetros. Creo que primero tenemos que definir la necesidad de acuerdo al presupuesto y comprar lo que realmente necesitamos para estar equilibrar lo que pagamos. lo que adquirimos y el uso que le vamos a dar.

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