Las empresas deben aprender que el “todo gratis” online no es bueno para ellas


El año pasado Google Apps para empresas eliminó su versión gratuita. Una noticia que muchos interpretaron como algo negativo, en especial para las pequeñas empresas, porque sigue generalizada la idea de que el “todo gratis” está bien.

El problema es que conseguir algo gratis no siempre termina tan bien como muchos esperan. Por un lado, las cosas gratis nunca lo son de verdad, ya que al ahorrarnos pagar dinero por algo, siempre estaremos dando algo a cambio, generalmente datos personales o contenidos propios cuando se trata de servicios online. Un intercambio que quizás podría ser útil para los consumidores, pero que una empresa no se puede permitir.

Además, los servicios gratuitos realmente no sirven a su cliente, no tienen capacidad para ofrecer un buen servicio de atención al cliente, sin olvidar que estos servicios vienen y van, no duran en el tiempo porque el mercado es muy complejo.

Y es que servir a una pequeña empresa no es nada fácil. Mientras en cifras parecen un mercado enorme, realmente suponen un porcentaje reducido de la población total de un país. Tratar de llegar a una pequeña empresa a través de acciones publicitarias masivas, simplemente no funcionará. Además, son muy difíciles de encontrar, ya que gracias a internet y los negocios caseros cada vez hay más pequeñas empresas sin una puerta o un cartel al que dirigirse para vender un servicio.

Pero cuando por fin se ha encontrado esa empresa, los proveedores de servicio se dan cuenta de que las pequeñas empresas son exigentes. Ellos hacen su trabajo, y esperan que los servicios que contraten funcionen también. Además, tienden a hacer un uso más fuerte de estos servicios y, cuando necesitan ayuda, la necesitan de verdad.

Por su parte, las pequeñas empresas saldrán beneficiadas si estos servicios se vuelven de pago, ya que la innovación y los servicios personalizados satisfarán mucho mejor sus necesidades. Al mismo tiempo, las empresas de servicios para empresas deben tener claro que, aunque llegar al mercado de las pequeñas empresas es caro y arriesgado, conseguir que paguen por ellos hace que el mercado de los pequeños negocios sea más atractivo.

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