Cuando el simple almacenamiento en la nube se queda pequeño


Es común que productos y startups alcancen un límite a partir del cual ampliar su negocio o continuar innovando a gran escala resulta complicado y costoso. En el mercado del almacenamiento en la nube es probable que estemos asistiendo a dicha situación, con líderes como Dropbox o Box ampliando sus miras más allá del simple almacenamiento y gestión de datos y archivos.

Este mercado que las dos empresas mencionadas anteriormente inauguraron hace ya unos años, vio como poco a poco otras inicitivas de gigantes de la talla de Google (Drive), Microsoft (SkyDrive) y Apple (iCloud) pasaban a competir directamente con ellos, en un mercado que hace años no se consideraba importante.

La entrada de estos grandes protagonistas tiene un efecto sobre las empresas que crearon o potenciaron el mercado en primer lugar. El principal efecto es la búsqueda de nuevas fronteras, ofreciendo a los usuarios algo más que el simple almacenamiento y sincronización de datos. Empresas como Dropbox y Box llevan tiempo trabajando en este sentido, y la adquisición de Mailbox por parte de la primera puede ser una señal de que la empresa fundada por Drew Houston y Arash Ferdowsi quiere acelerar dicha transición.
De un feature hacia un suite de productos

Steve Jobs, al poco de intentar comprar Dropbox, afirmó que la compañía no tenía un producto en sí, si no que se trataba de un feature o característica complementaria. Más allá de la veracidad de dichas declaraciones, muy típicas de Jobs, lo cierto es que estas empresas han tenido y tienen que mirar más allá del simple almacenamiento de datos.

Dropbox se ha convertido en pieza esencial en muchas aplicaciones con su Sync API, que permite tener todos nuestros datos sincronizados entre varias aplicaciones, y recientemente introdujeron también un buen visualizador de fotografías online. Box, por su parte, lleva tiempo apostando por la posibilidad de editar documentos online, firmando acuerdos con empresas como Live Documents o Zoho. Y la semana pasada se produjo el último gran movimiento cuando Dropbox pagó cerca de $100 millones de dólares por una aplicación móvil de email que apenas tiene unos meses de vida.

Todos estos movimientos no son casuales y probablemente se deban a la necesidad de ampliar mercados y negocio. En un presente y un futuro en el que el móvil cobra cada vez más importancia, Dropbox controla ya una parte esencial y de integrar de una forma correcta Mailbox, puede todavía aumentar más su relevancia. Box, que no ha ocultado nunca sus planes de convertirse en una empresa pública y cotizar en bolsa, también es consciente de ello si nos atenemos a sus últimos movimientos.

El mercado del almacenamiento de datos en la nube es importante, pero no sería extraño que su volumen de negocio descienda con el paso de los años. Dropbox, considerado por muchos líder, tenía a finales del 2011 un 4% de usuarios de pago sobre un total de negocio de cerca de $100 millones de dólares. Con la entrada de grandes empresas como Microsoft, Apple y Google el negocio probablemente se contraiga.

Ante un mercado que cada vez es más bullicioso, ampliar las miras y apuntar más alto es una buena vía de diferenciación y de generación de negocio. Pagar $100 millones por una aplicación como Mailbox puede ser demasiado ambicioso o hasta temerario, pero sólo en un contexto como el actual puede entenderse que Dropbox y empresas similares pretendan alejarse de su valor o función principal.

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