7 razones por las que el cliente no siempre tiene la razón

Nos hemos acostumbrado a escuchar que ‘el cliente siempre tiene la razón‘. Los dichos populares siempre esconden su verdad, y aunque en muchas ocasiones a los empresarios solo le importe sacar el máximo beneficio, los compradores también tienen su lado oscuro.

Inc. enumera a continuación 7 motivos que demuestran que el cliente no es siempre tan bueno como parece:

1. Cuando el consumidor demanda mirar libremente: muchas veces los clientes potenciales insisten en que en que no necesitan la atención de los trabajadores antes de que haya considerado si comprar o no el producto.

2. Cuando el consumidor demanda un comportamiento no ético: por desgracia la corrupción se está convirtiendo en uno de los temas más comentados del día a día. Mientras que el soborno es el precio que hay que pagar en algunos negocios de determinadas partes del mundo, es siempre un error trabajar con empresas que no actúan de manera ética. Ante esto, la única solución es negarse a trabajar con estos delincuentes.

3. Cuando el consumidor pide cosas no razonables: en una batalla por buscar su propio beneficio, el cliente y el empresario acaban muchas veces mal. En estos casos el cliente siempre termina perdiendo, ya que si el vendedor no es ganar dinero, no va a permanecer en el negocio.

En este caso, la única solución es estar preparado para tener que romper el negocio si el cliente no se muestra razonable. En el fondo ese cliente no valdrá la pena.

4. Cuando el consumidor es en un intolerante: Sorprendentemente, todavía hay ejemplos de personas que no hacen negocios con mujeres o con personas de otra raza. Eso sí, no se le ocurra negociar con este tipo de individuos.

5. Cuando el consumidor compra por una razón errónea: A veces, los responsables compran cosas por razones personales más que por razones de negocios. Lo único que debe hacer es retirarse de estas falsas “oportunidades”.

6. Cuando el consumidor es abusivo: muchos vendedores han tenido que soportar la ira y los gritos de sus clientes, tolerados por el pensamiento de que ellos siempre tienen la razón. En cambio, los clientes también se equivocan y por tanto, hay que dejar claro que no se tolerará ningún comportamiento poco profesional.

7. Cuando el consumidor incumple un acuerdo: Los clientes a veces hacen promesas que no respetan, quizás algunas justificadas pero igualmente poco honradas. Quizás al primer incidente hay que dar al cliente un pase, pero al segundo olvídese.

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