La virtualización del puesto de trabajo ha venido para quedarse


La virtualización del puesto de trabajo (VDI, en sus siglas en inglés) se encuentra en estos momentos en una fase de importante crecimiento y aceptación por parte de organizaciones de todos los sectores empresariales. Las funcionalidades y rendimiento que ofrecen estas soluciones y sus aplicaciones, unido a infraestructuras de red cada vez más económicas, rápidas, estables y de baja latencia, han conseguido que la percepción de una solución VDI sea mucho más positiva en estos momentos que hace tres o cuatro años.

Las estadísticas nos confirman la clara tendencia a una creciente adopción de dicha solución, datos que no son de extrañar cuando se conocen bien las ventajas que aporta a las organizaciones. Una de ellas es el rápido despliegue de nuevos escritorios y el disponer de un catálogo de aplicaciones que pueden ser servidas al usuario de manera independiente al sistema operativo, lo que provoca reducciones importantes de tiempo y esfuerzo en migraciones a nuevas plataformas o versiones de aplicaciones.

La solución de virtualización del puesto de trabajo permite independizar las tres capas del escritorio (SO, aplicaciones y datos) para su rápida distribución y asignación. Además, se producen notables mejoras en la gestión de los equipos, incrementando la productividad por parte del servicio del soporte. Y no podemos olvidar que, gracias a la virtualización, se reduce en gran medida el consumo energético de la compañía.

En general son grandes mejoras las que las empresas perciben en la gestión de los equipos que derivan en un importante incremento de la productividad por parte del servicio de soporte. Todas estas mejoras que la tecnología ha ido implementando han hecho que esta solución ya pueda ser percibida como una alternativa real y eficiente a los puestos de trabajo convencionales con aplicaciones instaladas de forma individual.

Los bajos niveles de rendimiento que presentaba esta solución hace años, y que podían ser interpretados como un claro signo de debilidad, han sido ampliamente mejorados, y en estos momentos es una opción real a tener muy en cuenta cuando se plantean estrategias para mejorar la productividad y eficiencia de las organizaciones.

Además, hemos de tener en cuenta que cerca de un 70% del tiempo que dedican los servicios de soporte microinformático se destina a averías hardware y restauración de los equipos físicos, por lo que la utilización de estas tecnologías optimiza esos tiempos de una manera muy evidente, permitiendo a los servicios de soporte realizar tareas de mayor valor y productividad, como suministro y despliegue de aplicaciones virtualizadas.

Analizando todos estos factores, es lógico hacerse algunas preguntas como sies factible virtualizar todos los puestos de trabajo de la organización, en cuánto tiempo puede rentabilizarse o si es ya una solución eficiente y ágil de cara al manejo por parte del usuario.

¿Es factible virtualizar todos los puestos de trabajo de la organización?

Hay puestos de trabajo que por sus especificaciones no presentarían un buen rendimiento si fuesen virtualizados, por lo que a día de hoy no todos los escritorios se podrían virtualizar por completo. No obstante, las posibilidades de servir aplicativos y datos de forma independiente al sistema operativo permiten que la tecnología VDI pueda integrar entornos físicos y virtuales con un alto nivel de rendimiento y de forma centralizada, de manera que una transición futura a un escritorio 100% virtual estaría garantizada.

¿En cuánto tiempo puede rentabilizarse?

Un análisis detallado del tiempo en que esta solución puede rentabilizarse es fundamental. Hablamos de reducciones de costes muy tangibles (costes energéticos, reducción de compras hardware) y otras que son visibles en el tiempo (facilidades de despliegue, mejor tiempo dedicado a tareas de mantenimiento), pero no de forma inmediata. Es por ello que el TCO ha de tener un horizonte temporal a largo plazo para poder justificar una inversión en este tipo de tecnología, y que no ha de ser inferior a los tres años.

¿Es ya una solución eficiente y ágil de cara al manejo por parte del usuario?

Por último, esta tecnología (ahora sí) aporta unas prestaciones equiparables al manejo de un escritorio físico, en cuanto a percepción de usuario en el día a día. A esto hay que añadir que el acceso desde cualquier dispositivo, fijo o móvil, al escritorio ofrece unas posibilidades que nunca nos dará un equipo físico con aplicaciones y datos instalados en modo standalone.

Por tanto, sí podemos decir que la tecnología de virtualización del puesto de trabajo ha venido para quedarse. Es algo más que un deseo o un concepto que sólo podría aplicarse en casos muy específicos, ha entrado de manera definitiva en las planificaciones empresariales a medio y largo plazo, y debemos por tanto aprovechar las posibilidades que ofrece este “tsunami” tecnológico.

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